El aumento de la temperatura mundial provocada por el hombre es responsable de un 37% de todas las muertes relacionadas con las altas temperaturas según un nuevo estudio internacional. América de Sur y el Sudeste Asiático se cuentan entre las zonas más afectadas por el aumento de los termómetros.
El aumento drástico de la temperatura causa auténticos estragos en nuestro organismo. Por ejemplo, los pulmones y el corazón de las víctimas de olas de calor se someten a un importante sobreesfuerzo para mantener la presión de unos vasos sanguíneos que se dilatan cuando nos sometemos a una intensa subida de las temperaturas. Si no se pone remedio, la tensión arterial acabará cayendo drásticamente, lo que puede dar lugar a mareos y dificultades en el habla. Luego, el colapso del sistema circulatorio puede desencadenar un fallo de los órganos vitales, como la vejiga, el corazón o los riñones, lo que puede provocar en casos extremos la muerte.
Según un estudio publicado en la revista especializada Nature Climate Change, hasta un tercio de las muertes atribuibles al aumento de la temperatura están provocadas por el ser humano. Es la conclusión a la que se llegó en una investigación conjunta de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM) y la Universidad de Berna utilizando datos de 732 localidades de 43 países de todo el mundo entre los años 1991 y 2018. La investigación muestra por primera vez la contribución real del cambio climático de origen antropogénico al aumento de la mortalidad como consecuencia del calor.
MADRID, ENTRE LAS CIUDADES MÁS AFECTADAS
Según los investigadores, los porcentajes más altos de mortalidad a causa del calor inducido por el ser humano se produjeron en América Central y América del Sur (hasta el 76% en Ecuador y Colombia) y en el Sudeste Asiático (con cifras que rondan entre el 48 y el 61%). Los valores absolutos reflejan el alcance de la tragedia: un total de 136 muertes adicionales al año en Santiago de Chile (un 44,3% de total de muertes relacionadas con el calor en la ciudad), 189 en Atenas (un 26,1% del total), 172 en Roma (un 32%), 156 en Tokio (un 35,6%) y 177 en Madrid (un 31,9%). Otras regiones con altos picos de muertes eran Bangkok (53,4%), Nueva York (44,2) o Ciudad Ho Chi Min (48,5%).
La mortalidad a causa del calor inducido por el ser humano en la ciudad de Madrid fue de 177 personas, un 31,9% del total relacionadas con el exceso de calor.
EL IMPACTO HUMANO EN LAS OLAS DE CALOR
El calentamiento global afecta a la salud humana por distintos frentes. Impacta directamente a través de la propagación de incendios forestales, desatando fenómenos meteorológicos extremos, facilitando la propagación de enfermedades transmitida por vectores... Pero los científicos comprobaron las dimensiones de las olas de calor provocadas por el hombre en la mortalidad y morbilidad de la población, un escenario que se agravará a medida que aumenten todavía más las temperaturas. El estudio, afirman sus responsables, es la primera prueba de un efecto que hasta ahora no se había cuantificado.
Los autores del estudio aseguran que sus conclusiones son una prueba más de la necesidad de mitigar las olas de calor que sobrevengan en el futuro con medidas encaminadas a proteger a la población de esa sobreexposición térmica. "Sabemos que el calentamiento se ha acelerado en los últimos años, y que quizás el ritmo de la adaptación de la población está siendo mucho más lento que el propio del aumento de las temperaturas. Por tanto, creemos necesario que se deben fortalecer los sistemas de adaptación vigentes para poder hacer frente al progresivo aumento de las temperaturas", explica por correo electrónico a National Geographic España la doctora Ana M. Vicedo Cabrera, autora principal del estudio.
ESCENARIOS CON Y SIN CONTAMINACIÓN
Para realizar el estudio, el equipo científico se centró en el calentamiento global provocado por el hombre mediante un estudio de "detección y atribución" que identifica y atribuye los fenómenos observados a los cambios climáticos provocados en un determinado tiempo. En concreto, el equipo examinó las condiciones meteorológicas del pasado simuladas en escenarios con y sin emisiones antropogénicas. Esto permitió a los investigadores separar el calentamiento y el impacto en la salud relacionado con las actividades humanas. De este modo, determinaron que los datos de mortalidad relacionada con el calor se definió como el número de muertes atribuidas al calor, ocurridas a exposiciones superiores a la temperatura óptima para la salud humana, que varía según los lugares.
MAYOR IMPACTO EN POBLACIONES CON INGRESOS BAJOS
Curiosamente, las poblaciones que viven en países poco contaminantes en el pasado y con una media de ingresos medios o bajo, se cuentan entre las más afectadas por el exceso de muertes.
Aunque los autores reconocen las limitaciones de la investigación, pues es imposible incluir lugares de todas las regiones del mundo, ponen en el acento en la importancia del estudio a la hora de definir las futuras políticas medioambientales. "Nuestros resultados son una muestra de que el cambio climático es una realidad y que ya está afectando a la salud de la población. Sugieren que, por tanto, es necesario implementar medidas urgentes y ambiciosas de mitigación y adaptación, para atenuar el calentamiento y reducir el número de muertes por calor a medio-largo plazo" concluye la doctora Vicedo.
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